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lunes, 7 de marzo de 2016

Camino Sin Final


Él quería salir de la rutina, cansado de los extenuantes días de trabajo y noches tontas entre amigos, donde nunca había algo interesante por hacer más que tomar unas cuantas latas de cerveza y jugar cartas hasta el amanecer. Sin embargo después de tanto planearlo, ese sábado en particular tenía el ingrediente perfecto para convertirse en épico, pues Caroline la chica con la que llevaba tiempo intentando salir al fin terminaba por aceptar una invitación suya, la mesa estaba servida, disfrutarían un par de días en una hermosa playa a las afueras de la ciudad.
Esa mañana arranco cargada de entusiasmo, los ánimos se topaban con las nubes, a Eddy la emoción no le cabía en el pecho, fue a la tienda por bebidas y algo para comer, preparo el equipaje, dio la revisión de costumbre al motor de su mercedes y echo andar la máquina en busca de Caroline, quien lo esperaba en la estación del metro vestida para la ocasión, que cuerpo más divino ¡Que Mujer! Pensaba él para sus adentros al verla, mientras ella lo saludaba con una sonrisa y un tierno beso en la mejilla, al guardar sus maletas, todo estuvo listo para ponerse en marcha.
De camino a las playa cosas iban normal, entre risas, chistes y una conversación amena, aunque el tráfico no ayudaba, al parecer la autopista se hallaba colapsada debido a problemas adelante, por lo que Eddy decidió tomar un desvió, la vieja carretera lo conduciría sin problemas a su destino, a excepción de algunos autos el transito allí era muy fluido, siguió por ese camino y las cosas mejoraron de gran manera, Caroline busco un par de cervezas abrió cada lata, una para Eddy y la otra para ella, encendió la radio y hurgo entre varias estaciones hasta encontrar algo de su agrado, sentía un gusto especial por la música en inglés, en una emisora sonaba The Black Eyed Peas con su éxito The Time, ella subió muy alto el volumen cantando y bailando al ritmo de la música, su espíritu musical contagio a Eddy que enseguida la siguió, haciendo lo mismo al tiempo que conducía, por un momento se olvidó del volante, segundos que bastaron para que se viera sorprendido por un perro y una niña que pedía que la llevaran, Eddy al intentar esquivarlos perdió el control del vehículo saliéndose del camino y por poco se estrella contra un poste de electricidad. Tras recobrar el aliento luego del susto, Eddy miro por el retrovisor, observando a una niña trigueña de quizás unos 11 años, acompañada por un pastor alemán, pensó en pedirle que subiera, sin embargo había un detalle, era alérgico a los perros, así que no subiría a ese animal al auto, mejor continuaba su camino ya que le restaba poco para llegar a la playa.
Pero el tiempo pareció volverse una eternidad,  seguían sin llegar y Caroline comenzaba a impacientarse, la radio pareció descomponerse, no captaba ninguna señal, es como si todas las estaciones dejaron de transmitir, lo único que se alcanzaba a oír era un fastidioso chillido, Eddy no comprendía porque el viaje se alargaba tanto, deberían haber llegado hace rato, pero entre mas avanzaban es como si más largo se hacia el camino y lo extraño es que no volvieron a toparse con otros vehículos, no había el mínimo rastro de civilización.
Por fin después del largo recorrido en medio de una carretera solitaria, pudieron ver una vieja gasolinera donde al fin se detendrían, tal vez se equivocaron de camino y alguien podría guiarlos, pero al contrario para su mala fortuna solo hallaron a un hombre mal educado que escuchaba música con auriculares y que se dedicó a ignorarlos por completo. Enfadados por la situación Caroline y Eddy se marcharon de prisa,  justo cuando iban arrancar vieron a una niña jugando con su perro al lado de la gasolinera, sin dudas se trataba de la misma niña de antes, lo ilógico del caso era pensar en cómo pudo llegar ahí si no vieron a ningún otro automóvil, sin embargo hicieron caso omiso y siguieron su rumbo.
Eddy manejo por un buen tramo en el que tampoco vio nada más en la vía, a esas alturas era mejor seguir avanzando que intentar regresar, en algún punto del camino los celulares volverían a recobrar la señal que perdieron cuando más los necesitaban. A unos metros había un taller en el que se detuvieron a preguntar, sin embargo fue igual que en la estación de gasolina, tres hombres que trabajaban arreglando unos automóviles los ignoraron de una forma grosera, incluso tropezaron varias veces con ellos, sin importarle su presencia. Notablemente molesto con la aptitud de aquellos tipos Eddy tomo del brazo a Caroline y se dirigieron a su carro ya que en aquel lugar no tendrían la ayuda que buscaban, casi se mueren de la impresión al ver a la niña sentada a un lado del vehículo y su perro descansaba echado en el suelo. Como era posible eso, otra vez la niña y el animal, estaban seguros de no haber visto carros en la carretera, la niña no dejaba de mirarlos haciendo una señal con sus manos, evidentemente les pedía que la llevasen consigo, sin embargo a Eddy y Caroline ahora más que nunca parecía no agradarles esa idea, subieron de inmediato y se alejaron sin mirar atrás.
No podían creer que todo un día hubiese pasado en su trayecto a la playa y siguieran sin llegar,  a parte del taller y la gasolinera fueron los únicos sitios que observaron en el camino, hasta que nuevamente apreciaron un sitio habitado, que alegría sintieron al mirar un pequeño restaurante, tal vez allí si obtendrían la información que querían, yendo a estacionar el automóvil no lograban creer lo que veían, se pusieron helados, sintiendo un miedo que les erizaba la piel, era imposible la niña y el perro se encontraban a un lado del camino, los miraba y sonreía como aguardando por ellos, Caroline soltó el llanto víctima del ataque de nervios que sufrió, entraron despavoridos al restaurante pidiendo ayuda aunque nadie parecía oírlos, Caroline desesperada empezaba a gritar suplicando que alguien le explicara que sucedía, sin embargo cada persona siguió en lo suyo, unos comían, otros miraban la televisión o leían la prensa. Las manos de Eddy se posaron en la espalda de Caroline mostrándole lo que leía aquel señor en una de las mesas, un periódico con fecha del sábado, la primera plana era un mercedes blanco deteriorado por el choque, al costado se encontraba la foto y nombre de las victimas del suceso, Caroline Bristol y Eddy Contreras.
 “DOS JÓVENES FALLECEN EN LA VIEJA CARRETERA AL ESTRELLARSE SU VEHÍCULO CON UN POSTE DE ELECTRICIDAD”.
Al ver el encabezado fueron a la puerta y salieron tomados de la mano, sin decir ninguna palabra, tan solo queriendo alejarse de todo.
Encendieron el Mercedes blanco y giraron en reversa, pasando por el otro lado del restaurante, en la esquina destacaba una antigua fotografía en grande, con la niña de la carretera y el pastor alemán.
“En memoria de nuestra amada hija Patty (1977-1988) y Logan su fiel compañero, quienes nos dejaron tan pronto”, la frase que adornaba la imagen.

Cuando Eddy y Caroline quedaron de nuevo sobre la carretera, Patty y su perro Logan los esperaban parados en la vía, detuvieron el auto en frente de ellos y los subieron a ambos, cerraron las puertas y los cuatro continuaron su viaje por ese camino sin final.

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