Tenían
apenas 2 años en la ciudad, por razones laborales los padres de Sabrina tuvieron
que abandonar su pueblo natal y mudarse a la gran ciudad y aunque al principio
a su hija le costó un poco adaptarse a esa nueva vida, afortunadamente ahora
con 14 años ya tenía varios amigos y le iba de lo mejor en la escuela. Para Carl
y Lulú los papas de Sabrina eso era vital, que se sintiera cómoda y tranquila. Sin
embargo para ella no siempre las cosas fueron normales, cuando llegaron a la
casa todo marchaba bien, era una casa grande y linda, aunque desde unas semanas
atrás comenzó a percibir cosas extrañas, Sabrina ya estaba un poquito grande
para creer en cuentos de niños, pero últimamente le daba miedo mirar debajo de
su cama, incluso cada noche al irse a dormir le costaba un poco conciliar el
sueño, porque siempre terminaba oyendo ruidos y sentía pavor al imaginar que
mientras ella dormía, algún monstruo la observara.
En
su pueblo se contaban muchas historias de terror, pero había una en particular
que ella no podía olvidar, esa que hablaba de la novia marchita, un espectro maligno
que asechaba a los niños por las noches, buscando robarse el alma de los
infantes. La leyenda decía que durante su vida fue una mujer deseada por muchos
hombres y odiada por las mujeres, su belleza era tanta que cualquiera la amaba
a simple vista, causando la envidia de todas, aunque le llovían opciones con
tipos adinerados, entre cientos de pretendientes ella prefirió escoger a un
humilde muchacho, un joven herrero que no tenía muchos lujos que ofrecerle pero
si un amor sincero para darle, sin embargo eso no fue impedimento para que los demás
hombres siguieran detrás suyo, su novio se volvió el blanco de las miradas y más
aún cuando la noticia de su boda se regó como pólvora, el día del casamiento Eleonor
la hermosa novia llego primero a la iglesia, los invitados se preguntaban ¿por
qué el novio aun no llegaba?, las horas siguientes todos esperaban a Mario, sin
embargo en la iglesia anocheció y el novio nunca apareció, Eleonor dolida y sin
saber que ocurría, recorrió el pueblo como loca, buscando una explicación, toda
la noche anduvo de un lado al otro, pero nunca lo encontró, derrotada y sin
fuerzas regreso a su casa en la madrugada, al entrar a su cuarto noto enseguida
que unos zapatos sobresalían de la cama, se dobló para echar un vistazo y
entonces sus manos se posaron sobre un charco de sangre, sintió que le
arrancaban el corazón del pecho con lo que vio, debajo la cama yacía el cuerpo tendido
de Mario, enfundado en su traje de saco y corbata, evidentemente sus planes
nunca fueron plantarla en la iglesia, solo que un disparo en la cabeza había truncado
sus ganas de contraer nupcias con la mujer más bonita del pueblo.
Eleonor
perdió el sentido del juicio, enloqueció al ver a su novio muerto y toda su
sangre regada en el vestido blanco, desquiciada no quería volver a mirar esa
horrible imagen, busco en el baño una tijera y sin dudarlo metió la punta en
cada uno de sus ojos, destrozándose ambos, el pobre Mario pago muy caro la
suerte que le acompaño al obtener el amor de Eleonor, los sospechosos abundaban
y cualquiera pudo haberlo hecho, ella lo sabía perfectamente, le robaron lo que
más amaba en el mundo, en medio de su dolor ella abrió su ventana y gritando maldijo
con todas sus fuerzas a la gente del pueblo, juro que en esta o la otra vida cobraría
su venganza, robándole a cada uno lo que ellos más amaban, diciendo eso apunto
la tijera a su corazón, apuñalándose varias veces hasta morir.
Son
las 2 de la mañana y temerosa en su cama la joven Sabrina recuerda esa
historia, la leyenda asegura que cada año durante el mes aniversario de su trágico
desenlace, la novia marchita regresa por nuevas víctimas y tristemente, son los
descendientes de las personas que habitaban en aquella época el pueblo, los
desafortunados quienes acaban pagando los errores de sus antepasados.
Hace
varias noches que Sabrina oye ruidos debajo de la cama, golpes que suenan en el
piso y como uñas raspando la madera, aunque siente mucho miedo está decidida a
ver que hay allí, armada con una lámpara asomo la cabeza, quedando con su
cuerpo apoyado sobre la cama, valientemente ella alumbra en lo oscuro, a
primera vista no había porque preocuparse, por lo que continuo alumbrando, desplazándose
por todos los rincones de la cama, pero justo en el centro, se vio sorprendida
por una silueta enrollada, asustada dio un pequeño brinco y apago la lámpara, pensando
que quizás solo fue su imaginación, así que respiro hondo y volvió a alumbrar, iluminando
las penumbras, sin embargo esta vez pudo ver una mujer horrible y sin ojos
quien se podía decir que la miraba, Sabrina dio un tremendo grito al darse
cuenta que la mujer se estiro intentando sujetarla, salto de la cama cayendo al
suelo y formando un alboroto, sus padres alarmados acudieron de prisa a ver que
sucedía, Sabrina les contó cada detalle y Carl para calmar a su hija reviso
toda la habitación delante suyo, mostrándole a Sabrina que no había nada porque
temer, pues tal vez solo se trataba de una pesadilla y abajo solo estaba un
viejo camisón para dormir, esa madrugada Sabrina se fue a dormir con sus papas
para pasar el trago amargo.
Las
siguientes 3 noches ella hizo lo mismo, hasta que Lulú la convenció que todo estaría
bien y que ya podía dormir otra vez en su habitación. Por la noche inquieta
Sabrina miraba a todas partes sabiendo que esa mujer se encontraba debajo de su
cama, cuando casi se dormía, el chasquido de unas uñas rasgando la madera empezó
a oírse, un leve lamento provenía de ahí, Sabrina cerro sus ojos, apretándolos fuertemente
al tiempo que se encomendaba a Dios, pero los quejidos de dolor se escucharon aún
más duro y sintió una respiración caliente y agitada, sin embargo al abrir los
ojos para ver de qué se trataba, por fortuna no hubo nada, o eso creyó en ese
instante, aunque de inmediato volvieron a repetirse los mismos lamentos como si
resonaran a un lado de su oído, cuando voltio a la izquierda de su cama se hayo
de frente con ese espectro espantoso, acostada junto a ella, fue tan grande el
miedo que sintió Sabrina en ese momento, que aunque quiso gritar su vos no respondió,
tan solo podía mirarla petrificada. Por ojos esa cosa tenía dos enormes huecos
de los que aun sin embargo salían lágrimas negras que chorreaban su cara pálida
y demacrada, en el corazón tenía una herida de la que no paraba de brotar mucha
sangre espesa y coagulada, manchando la ropa que llevaba, un vestido que alguna
vez fue blanco, Sabrina se dio cuenta con más terror que nunca que quien la
visitaba era la novia marchita, el fantasma se giró y de un salto quedo de
espaldas sobre Sabrina, con la cabeza invertida, dándole vueltas como una
lechuza, la tomo en sus brazos y ambas cayeron al piso, Sabrina intento gritar
mientras el espectro la halaba poco a poco, pero para cuando sus gritos por fin
salieron, ya fue demasiado tarde, la novia marchita también le acompaño con
otro grito desgarrador, cargado de ira y sufrimiento acumulado, y entonces de
un solo tirón, termino arrastrándola debajo de la cama.
Nuevamente
los padres de Sabrina irrumpieron en el cuarto, aunque grande fue su sorpresa
al notar que la habitación se encontraba vacía, desesperados revisaron en el
baño y registraron toda la casa, sin embargo no hubo rastro de Sabrina por ningún
lado. Cuando no les quedo nada mas donde buscar, ambos regresaron a la habitación
de su hija, a Carl se le ocurrió mirar debajo de la cama, pero tan solo encontró
una vieja fotografía, perplejo cayo de rodillas al piso cuando reconoció a
alguien familiar, esa foto era de Eleonor Treviño, la pobre mujer que 18 años atrás
se quitó la vida al descubrir el mismo día de la boda, a su novio muerto debajo
de su cama. Los supersticiosos del pueblo decían que su fantasma vagaba
buscando venganza, que siempre se llevaba consigo a los que más amabas, Carl
con tan solo 22 años se enamoró perdidamente de Eleonor y cuando esta lo
rechazo para casarse con el idiota de Mario el herrero, él no pudo aceptar un
no por respuesta, acompañado de unos amigos secuestraron al novio y le quitaron
la vida de un disparo en la cabeza, dejando su cuerpo en la misma habitación de
Eleonor, Carl le robo a ella lo que más amaba y ahora luego casi dos décadas después,
el fantasma de la novia marchita, cobro su venganza.
Si
ya conociste esta historia, pase lo que pase, ¡NUNCA MIRES DEBAJO DE TU
CAMA!...
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