sábado, 27 de febrero de 2016

El Taxi


Esa noche ellos celebraban la fiesta del empleado del mes, por primera vez en 3 años que llevaba trabajando en aquel concesionario Nick López recibía el honor de ser reconocido como mejor vendedor, siendo esa reunión una ocasión muy especial para él y la disfrutaría como nunca, por fin después de tanto esfuerzo recibía el premio a su dedicación. Aunque solía ser un hombre de poco tomar, las horas transcurrieron entre copa y copa, mientras los empleados uno tras otro se iban marchando, tan solo Lucas su mejor amigo, Mark el gerente y Giovanna la más apuesta de sus compañeras quedaron en el lugar.
Como cada mes Nick y Lucas eran los últimos en irse, caminaban hasta la vieja parada de autobuses donde tomaban el primer bus de las 5 am, sin embargo aquella noche todo terminaba más temprano de lo acostumbrado, Giovanna al ver a Nick y Lucas pasados de tragos decidió acompañarlos, juntos fueron a esperar el transporte, a las 3 de la madrugada sería casi imposible que pasara un autobús, solo vieron un par de motocicletas que rondaban la zona, por lo que no estaban dispuestos a quedarse 2 horas allí, decidieron  caminar calle arriba hasta alguna estación de taxis, sabían que unas cuadras adelante podrían tomar un taxi que los llevara a casa, a medida que fueron caminando la noche se hizo más fría, una especie de neblina comenzó a esparcirse a su alrededor, los nervios empezaron apoderarse de Giovanna al observar como la neblina se hacía cada vez más espesa, a esas horas de la madrugada ellos eran las únicas almas que circulaban por la solitaria calle.
La luz de unos faroles les anuncio que un auto se acercaba lentamente, para suerte de todos se trataba de un taxi haciendo su ronda en busca de pasajeros, los chiflidos de Giovanna le hicieron la parada, los tres amigos subieron de inmediato, entre la neblina se apreciaba muy poco, Lucas apenas alcanzo a notar que era un antiguo vehículo, debía ser algún modelo clásico de los año 30.
Cuando Nick miro el reloj se había detenido marcando justo las 3.33 am, en ese momento el taxi echo andar enseguida, aunque ninguno dijo al chófer que rumbo tomar, Giovanna quiso hablarle al conductor para indicarle a donde se dirigían, aunque no le dio respuesta alguna, Lucas molesto por la situación le ordenó detenerse, lo único que recibió por parte del chófer fue un gruñido como de perro furioso que les alerto de su mal humor, Nick miraba como se alejaban por un callejón desconocido, ninguno recordaba haber visto antes ese camino, todos comenzaron a inquietarse imaginando lo peor, de repente pareció que entraban en algún túnel y todo se oscureció durante unos cuantos minutos, hasta que una luz muy destellante los ilumino, cuando el efecto de aquella luminosa luz fue pasando, pudieron ver con gran asombro como llegaban a un sitio horripilante, habían calaveras por todas partes y unas lapidas sin nombre que reposaban al pie de varios árboles, mientras unas criaturas fantasmales flotaban en el aire, quejándose como si algo les dolía, Lucas señalando todo no paraba de reír, quizás preso del miedo sus nervios le hacían actuar así, Nick y Giovanna no decían nada tan solo miraban como congelados del pánico, pero las palabras del conductor que les decía que ya era tiempo de que enfrentasen el juicio, los saco de su trance.
No entendían lo que eso significaba y no se atrevían a bajar del vehículo, pero solo basto con que el chofer volteara a mirarlos para que corrieran del susto lejos del auto, no sabían en que espantosa pesadilla se encontraban, el taxista era un zombi con el cuerpo desgastado y casi en descomposición, un muerto viviente que hablaba y conducía. Nick, Giovanna y Lucas buscaron refugio en una cueva donde solo hallaron más terror, esqueletos que se arrastraban hasta ellos por el suelo y gente ensangrentada sin ojos los esperaron ahí, los gritos de Giovanna despertaron a unos perros que dormían al fondo de la cueva, animales monstruosos con la piel desgarrada y el hocico partido que empezaron a ladrarles, cuando se vieron acorralados por las bestias creyendo que su fin se acercaba, el silbido de un pito guió a los perros que acudieron al llamado, rodeando mansamente al que debía ser su amo, se trataba de un hombre canoso con larga cabellera maltratada, un parche en el ojo izquierdo y grandes uñas, quien se dirigió a ellos indicándoles que lo siguieran. 

Sin más remedio caminaron acompañando al viejo hombre, solo querían saber en qué lugar tan espantoso estaban y que hacían allí, el hombre los llevo a un acantilado, señalando un hueco al final del vació que yacía lleno de lava hirviente de donde provenían muchos gritos de desespero, al lado del abismo había también un camino trancado que conducía a una montaña rodeada por nubes blancas que transmitía pureza. Ellos se hallaban en el purgatorio, el taxi de los espíritus recogía a sus pasajeros trayéndolos hasta el purgatorio para ser juzgados en un escenario entre el cielo y el infierno, según sus actos en vida se decidía si podían subir al paraíso o quemarse en el foso del infierno, en el peor de los casos si no reunían las buenas acciones para ir al cielo ni contaban con los pecados suficientes para terminar en el averno, se quedaban condenados al purgatorio sufriendo la decadencia eterna. Nick se golpeaba las mejillas intentando despertar de la pesadilla, Lucas y Giovanna estaban temblando de miedo, todos sabían que era un error, el alcohol les jugaba una mala pasada y pronto despertarían de su horrible sueño. Nick no supo si gritar o llorar cuando empezó a ver como la sangre chorreaba la camisa blanca que Lucas llevaba puesta, al tiempo en que el ojo derecho de Giovanna se reventó, como herido por algo punzante, la abundante sangre invadió su cara, Nick empezó a ver en su pecho varios puntos llenarse también de sangre, el juez de los muertos les decía que siempre solía pasar lo mismo, al principio nadie recordaba nada, todos creían que era un error, un sueño o una pesadilla, pero finalmente al mostrarles lo que acababan de apreciar terminaban de acordarse porque llegaron al purgatorio, los tres amigos comenzaban a ver las marcas de bala que les quitaron la vida, en ese instante vinieron a su mente los últimos momentos de sus vidas, mientras caminaban a la estación de taxis, unos asaltantes en motocicleta los interceptaron para robarles, venían siguiéndoles la pista desde la parada, querían la cartera de Giovanna que se negó rotundamente a entregársela, formando un escándalo pidiendo ayuda, algo que incomodo a los ladrones y le costó un disparo en el rostro que atravesó uno de sus ojos matándola al instante, Lucas casi por instinto se abalanzo sobre el sujeto quien respondió con otro disparo a quema ropa impactando el corazón de Lucas que cayó muerto al suelo, Nick quedo frió como piedra viendo a sus amigos morir y sabiendo que le esperaba el mismo destino, los sujetos acababan de matar a dos personas y no les importaría sumar un tercero con tal de no dejar testigos, apuntaron a Nick disparándole varias veces en el pecho, le quitaron su costoso reloj que marcaba las 3.33 am y se marcharon dejando los cadáveres en la calle y a sus espíritus confundidos que creían seguir en el mundo de los vivos cuando fueron recogidos por el taxi del purgatorio.

miércoles, 24 de febrero de 2016

La Hija de Mery.


Desde la primera vez que sus ojos vieron aquel increíble obsequio que sus padres le regalaron, su vida cambio, siempre jugaba a ser la madre perfecta, la esposa ideal, quien cuidaba a las niñas en su nueva casa de muñecas.
A los 10 años el regalo prometido por fin llegaba, había soñado con tenerla y gracias al esfuerzo de su padre que nunca rompía una promesa, ahora tenía esa casa gigante para que fuera el hogar de sus muñecas, la cual se convirtió de la nada en todo para ella. Mery no tuvo la dicha de ver crecer a su hermana, la pequeña Susana que con tan solo 2 años murió a causa de una letal enfermedad, dejando un vacío inmenso en los corazones de toda su familia, pero sobre todo en Mery quien apenas con 7 años descubrió lo que era el dolor de una partida, encontrando en las muñecas esas únicas aliadas con quienes podía llorar en silencio sin que sus padres lo notaran, por lo menos así les evitaba mayores sufrimientos al ocultar su triste nostalgia.
Nunca imagino que a su corta edad tuviese que derramar tantas lágrimas, durante 3 años padeció grandes penas, sin embargo esa casa le devolvió la sonrisas que la mano de la muerte le arrebato, al llevarse a su hermana menor.
Después de un tiempo gris, su panorama poco a poco se transformó nuevamente en un arcoíris de colores, la casa de muñecas más que un lugar de juegos se volvió su refugio, el gran tesoro de su niñez, pasaba horas ahí dentro, peinando la melena de sus princesas como llamaba a las muñecas, tomaba té junto a ellas mientras les contaba de su vida. Cuando los años pasaron y empezó a crecer, como una ley de la vida los juegos cambiaron por salidas al cine, fiestas y cosas típicas de los adolescentes, la casa de muñecas fue quedando en el olvido, pero en su mente tuvo siempre una clara idea, la guardaría como su más preciada posesión y algún día seria el motivo de alegría para su hija o tal vez sus amadas hijas.
Al terminar la universidad se volvió una exitosa periodista, pero allí no solo se hizo profesional de la comunicación, sino que también conoció el amor de la mano de Stanley su compañero de estudios, el chico guapo que todas querían sucumbió ante los risos dorados de Mery y aquellos ojos verdes que enamoraban a cualquiera, su romance floreció de prisa, las vidas de ambos pronto se hicieron una, comenzando a pensar en futuro, un deseo mutuo que los llevo hasta el altar, unos jóvenes esposos que lucían tan enamorados que todos los tildaban como la pareja perfecta.
En su quinto aniversario Mery y Stanley lucían igual de felices que el primer día, ante la mirada del mundo su vida era perfecta, pero detrás de las paredes, ambos sabían que algo les faltaba a su hogar para llenarlo de colores, después del primer año de matrimonio decidieron que ya era momento para empezar a buscar un bebe, sin embargo el tiempo fue pasando y la cigüeña seguía sin llegar, cuando transcurrió un año de fallidos intentos, acudieron al médico, las respuestas que recibieron allí no fueron las esperadas, una negra noticia tiño su mundo de tristezas, Mery era estéril y nunca podría convertirse en madre, de un instante a otro sus noches se transformaron en un calvario, aunque al principio nada los detuvo y siguieron tanteando otras opciones, cada vez el resultado era igual, la misma opinión y más decepciones para los dos.
Stanley le planteo la idea de adoptar, algo que no agradaba a Mery, ella daría lo que fuera a cambio de lograr la dicha de ser mama de forma natural.
Una noche frente al espejo después de un intenso día de trabajo, Mery rompió en llanto, le había tocado cubrir un reportaje dentro de una maternidad, sus ojos no dejaron de mirar con deleite a cientos de madres con sus bebes y ella solo pensaba que jamás estaría en aquella situación, se sentía impotente y menos mujer por no poder contar con el don de dar vida a través de su vientre, llena de ira y de rabia, con todas las fuerzas de su corazón pidió encontrar la manera que fuese para concebir un hijo, pero a veces hay que tener cuidado cuando pides un deseo, porque tal vez si Dios no te escucha, quizás alguien más si lo haga.
Una semana después salió temprano del periódico donde trabajaba y decidió ir por unas cuantas copas, luego de varias horas Mery conducía camino a casa, en algún instante debió quedarse dormida al volante, aunque afortunadamente reacciono a tiempo, justo antes de atropellar a una anciana que cruzaba la calle, apenada ella se ofreció ayudar a la pobre señora, llevándola hasta su casa, la anciana no paraba de hablar cosa que a Mery parecía agradar, sin embargo poco a poco la dulce vieja demostró saber mucho de su vida, conocía los nombres de cada miembro de su familia, sabia de fu fallecida hermana Susana y lo más ilógico es que hasta menciono el problema de su maternidad , algo que a Mery empezó a inquietarla, sobre todo cuando dijo que ella era la respuesta a todas sus plegarias, la anciana cambio su tierna vos por un tono más grave y de una forma directa le hizo saber que llevaba en su auto a la mismísima muerte, Mery quiso creer que solo se trataba de una broma de mal gusto, siendo una conocida reportera cualquiera podía averiguar información de su vida personal, sin embargo casi le da un infarto del susto cuando vio como los ojos de la vieja se pusieron tan rojos como la sangre y destellaban una especie de llama ardiente, supo entonces que la anciana decía la verdad.
El ángel de la muerte estaba cansado de arrastrar consigo la vida de todos, por primera vez deseaba ser algo más que esa figura decadente a la cual el mundo temía. Ante el terrible miedo que Mery sintió prefirió detenerse en medio de la carretera, respiro hondo y apelando a su instinto periodístico pregunto al espectro cual era el motivo de su visita. Si su poder recaía en quitar la vida, también podía devolverla, la muerte le ofreció convertirla en madre, en su vientre crecería una vida, Susana su propia hermana fallecida reencarnaría pero ahora convertida en la hija de Mery. Una oferta increíble y tentadora, lo único cierto es que la muerte siempre tiene hambre y ese favor alimentaria de alguna manera su apetito voraz.
Para una mujer desesperada cualquier solución a su tormento es una bendición, aunque la salida sea condenar su propia alma, para Mery rechazar esa propuesta era lo indicado, sabía perfectamente que se trataba de una idea descabellada, pero ni la acertada razón pudo convencerla, termino cayendo rendida ante esa presencia milenaria que fácilmente la atrapo en sus redes. Vida por muerte, esa era la condición a cambio de concebir, si quería mantener a su hija con bien, a partir del primer cumpleaños debía entregar la vida de una persona, repitiendo la misma ofrenda durante 10 años, de lo contrario la niña moriría, después de eso quedaría libre y su deuda con la muerte seria saldada, su vida nunca más volvería a ser la misma pero aunque estuviera maldita por aceptar ese pacto, en su mundo habría motivos suficientes para ser feliz, llevaría en su panza una criatura que amaría como a nadie, tenía un doble motivo para quererla, más que su hija era la reencarnación de su hermana, el trato fue cerrado con sangre, la anciana se cortó la palma de su mano y Mery lamió de su sangre.
9 meses ya han pasado desde aquella noche y en la sala de hospital la familia de Mery aguarda con ansias, la llegada de su primogénita, a excepción de Stanley nadie supo jamás del problema de fertilidad de su esposa, para ambos fue el milagro más grande, los médicos nunca entendieron cómo pudo quedar embarazada cuando todo indicaba que no podría. Después de una larga espera todos pudieron conocer a la hermosa Catrina, para los padres de Mery fue alegría y melancolía, una mezcla de emociones, al verla es como si miraban de nuevo a la niña que ellos perdieron, su nieta era el vivo reflejo de Susana su hija muerta.
Catrina le trajo a la vida de Mery felicidad sin igual, sin embargo eso en vez de brindarle sueños placenteros, solo le dio insomnio y pesadillas que se repetían cada noche, esa mirada de la anciana, los ojos de la muerte, no podía sacarlos de su cabeza. Iban pasando los meses, el primer cumpleaños de Catrina se acercaba, Mery solo escuchaba la vos en su cabeza que le gritaba que una vida debía entregar para a su hija salvar, aunque tratara de no pensarlo, todo se lo recordaba, sombras en la calle que le susurraban que debía robar la vida de alguien, paredes teñidas con mensajes sangrientos a donde quiera iba, vasos partidos uno tras otro porque cada vez que intentaba tomar agua, sangre se volvía. No tenía escapatoria ya una vez perdió a su hermana y no estaba dispuesta a dejar ir a su hija, ella era su vida, la amaba y haría lo que fuera para protegerla. El día llego, la sonrisa de Catrina le sirvió como aplomo, utilizo la excusa del cumpleaños de su niña para ausentarse del trabajo, salió temprano de casa y compro una botella de licor para armarse de valor, bebió más de la mitad y condujo lejos de la ciudad, se desvió por una vieja carretera hasta apreciar a un recoge latas que dormía al lado de la vía, siendo un camino poco transitado no se preocupaba por los autos, Mery vio todo claro, entendió que había encontrado lo que buscaba, ese pobre hombre le daría la vida que necesitaba para que Catrina pudiese estar a salvo un año más, su corazón le pedía que no lo hiciera pero su mente la animaba a proseguir, cerro sus ojos, piso fuerte el acelerador y no se detuvo hasta impactar de golpe con su víctima.
Luego de ese día sintió que su corazón perdía la nobleza que algún día tuvo, las semanas se fueron volando como si la muerte quisiera volver comer a manos de Mery, vino el cumpleaños 2, Catrina era la imagen pura de Susana cualquiera diría que se trataba de la misma niña. Cada vez que se miraba al espejo Mery apreciaba como si sus ojos verdes lentamente cambiaban de color, ese día nuevamente al azar, le quitaría la vida a un inocente, recorrió la ciudad, hasta llegar a un bar donde bebió unas cuantas cervezas, un hombre en la barra no dejaba de mirarla, se fue acercando a ella y entablaron conversación, la charla se extendió por un rato, después de compartir varias cervezas, los comentarios subieron de tono, ella se quitó la chaqueta que traía puesta mostrando su escote sin pudor, decidieron de mutuo acuerdo que debían marcharse a un sitio más privado, caminaron a una calle a oscuras, enseguida los besos y las caricias no se hicieron esperar, ambos disfrutaban la situación, pero el erótico momento fue cortado por Mery, ante la molestia de su compañero quien intento continuar todo, tan solo para encontrarse con un afilado cuchillo que Mery llevaba en su cartera y con el cual atravesó en repetidas ocasiones el estómago del hombre que minutos atrás besaba con pasión hasta provocarle la muerte, fue la segunda vez que cometía un crimen a cambio de la Vida de Catrina, sin embargo en vez de remordimiento descubrió cierta satisfacción en aquel macabro acto.
Uno tras otro los años fueron transcurriendo, le tocó el turno a una secretaria que por trabajo se quedó hasta tarde en la oficina, para su mala suerte fue la elegida de turno, siendo sorprendida cuando cruzaba la calle, por el auto de Mery que a toda velocidad la golpeo de forma letal y no solo se conformó con atropellarla, sino que varias veces dando reversa y avanzando otra vez adelante la aplasto matando a su víctima. Luego vino el turno de un hombre al que igualmente en un bar ella lo sedujo para posteriormente apuñalarlo antes de consumar el acto sexual y repitió el mismo modo en sus asesinatos durante 3 años seguidos, para alternarse después atropellando a un extraño cerca del muelle de la ciudad, sin dudas descubrió que apuñalando a sus víctimas sentía mayor satisfacción, lo que la hizo utilizar los últimos tres años el mismo estilo, siendo los sacrificados 3 desconocidos que escogieron el día y el bar equivocado, pues se cruzaron con Mery y esas copas compartidas con ella les costaron a todos la vida.
El trabajo estaba hecho, la preciosa Catrina ya tenía 10 años y Mery había superado la aparentemente difícil tarea de matar a 10 personas, pero la verdad es que lejos de sentirse aliviada es como si un desasosiego inquietante le robaba la calma, sentía un deseo que la impulsaba a seguir, algo más fuerte que ella, cada espejo que miraba le demostraba lo que hace tiempo creía absurdo, pensaba que se estaba volviendo loca, pero realmente tenía la razón, sus ojos habían perdido su verdor, esa pureza que durante años transmitían, se transformaron en unos ojos irritados, colorados y casi rojos como la sangre, aunque quizás nadie más a su alrededor lo notaba. La anciana le había hecho saber que jamás la volvería a ver de cuerpo presente pero que siempre estaría acechándola para que cumpliera con su trato. Cuando creyó que todo terminaba allí, estaba muy lejos de eso, al contrario su vida fue el propio infierno, la casa de muñecas que tanto amaba de niña era ahora el adorado sitio de juego de Catrina, sin embargo Mery de manera extraña comenzó a pasar tiempo en ella, era el único sitio donde podía estar tranquila, el resto de la casa, la calle, su trabajo y todo en la ciudad, parecía la puerta del infierno, figuras negras en la calle, personas que de la nada parecían morir frente a ella para descubrir después que solo alucinaba, hasta el apetito lo perdió, cada vez que iba a comer su comida empezaba a sangrar, por primera vez el amor hacia su hija comenzó a cambiar, cuando miraba a Catrina veía en su cara los ojos de la muerte, la vos de la niña se oía idéntica a la de la anciana, es como si su hermosa hija se fuese convertido en la misma muerte, se sentía desquiciada pero el odio hacia Catrina empezó a ser mayor, no soportaba estar cerca de la infante, su cabeza comenzó a maquinar montones de ideas, algo debía hacer para ponerle fin a ese espectro maldito, luego de tanto pensarlo se asomó la solución sensata, una noche después de cenar, Stanley llevo a Catrina a la cama, últimamente le preocupaba las raras reacciones de Mery, repentinamente actuaba de mala gana, muchas veces grito a su hija y hasta intento golpearla, eso sin contar que en los últimos días pasaba horas en la casa de muñecas y no le permitía a Catrina entrar, amaba a su esposa al igual que su hija, tomo una difícil decisión, tal vez a Mery no le agradaría pero el próximo sábado irían juntos a un psicólogo que analizará su inusual comportamiento, aunque para Mery no había un mañana, la hora llegaba y era el momento de actuar, espero en la casa de muñecas a que Stanley acostara a Catrina en el cuarto y se marchara al suyo, fue hasta la cocina y sigilosamente se dirigió a la habitación de su hija quien ya dormía, se acercó a ella y le estampo un beso en la frente, no comprendió porque una lagrima rodaba por su mejilla, al parecer su instinto de madre por mas perdido en el fondo de su alma que pareciera, salía a flote pero solo por un instante, se encontraba ahí por un motivo y no dejaría que la muerte la engañara, si podía tomar la forma de una anciana también lo haría haciéndose pasar por una niña, al menos eso pensaba ella, en la cocina tomo un cuchillo que ahora sujetaba fuertemente, llena de odio estaba decidida apuñalar a Catrina, sin embargo su hija despertó, notando a su madre armada con un gran cuchillo, del susto soltó un tremendo grito que alerto a Stanley,  Mery se abalanzo sobre ella y aunque la niña intento defenderse no consiguió evitar que su mama la apuñalara una vez, Stanley irrumpió en la habitación y al ver lo que pasaba ataco a Mery lanzando un golpe que le tumbo el cuchillo y comenzó una batalla campal, mientras la niña lloraba gravemente en la cama sus padres luchaban uno contra el otro, Mery en el suelo forcejeando contra su marido sintió un pánico absoluto cuando vio como los ojos de Stanley brillaban tan rojos como los de la muerte, saco fuerzas de donde no las tenía, parecía poseída por un poder más grande, desquiciada por tanta repulsión acumulada contra la muerte en las ultimas semana, le dio una patada a Stanley zafándose de él, teniendo tiempo para recoger el cuchillo y apuñalar a su amado esposo una y otra vez sin descanso, arrebatando su vida, para después terminar su misión, le dio vida a la muerte trayendo al mundo a la niña que era su recipiente y ella misma la eliminaría, no valieron los gritos de su hija, que toda ensangrentada le suplicaba detenerse, Mery cerro sus ojos y empezó apuñalar a Catrina al tiempo que recordaba todas y cada una de las personas que asesino solo para mantener con vida a la muerte.

Cinco años han pasado desde que la ciudad despertó en medio de una tragedia, la policía arrestó a una esposa aparentemente normal, profesional y admirada por muchos, que en medio de un ataque de locura cegó la vida de su esposo y la de su inocente hija de 10 años, Mery paga condena en un manicomio para reclusos con problemas mentales, entre 4 paredes sigue encerrada tan lunática como el primer día, no para de gritar que la muerte la asecha que esta con ella en todas partes y que al salir de allí matara a todos los de ojos rojos. Mery aun no ha entendido la verdad, esos ojos rojos como la sangre que están siempre acompañándola en la habitación, la mirada de la muerte que sigue atormentándola, reflejada en todas partes, tan solo aguarda el momento indicado para entregarle la carga de su labor, la muerte estaba cansada de tantos siglos haciendo el trabajo sucios y su tiempo había pasado, debía buscar un alma que descubriera en su instinto, la capacidad de oler en la gente el aroma de la muerte, sabiendo quien y cuando debían morir, la hija de Mery y el trato de por medio suelo fueron la prueba de una presencia más antigua que el principio de los tiempos que por fin encontró una sucesora, Mery creía haber escogido a cada una de sus víctimas al azar, pero sin darse cuenta el olor de la muerte que desprendían todos los que mato, fue lo que la guío hasta ellos, el día en que Mery vuelva a mirarse al espejo, vera sus ojos rojos como la sangre, con una llama ardiente en su mirada, entonces comprenderá que se ha convertido en el nuevo ángel de la muerte.

viernes, 19 de febrero de 2016

Torre Blanca



Maldita la hora en que hicimos aquel viaje, 7 idiotas que se creían los dueños del mundo, cuantas veces nos advirtieron que no lo hiciéramos, pero el orgullo estúpido de sentirnos mejor que los demás no nos dejaría jamás aceptar que otros nos dijeran que hacer, además solo eran patrañas y cuentos ridículos de pueblerinos brutos. 
Una majestuosa torre blanca que desde mucho tiempo había sido admirada y temida por muchos, todos decían que era una verdadera belleza aunque nadie sabía quién la construyo, algunos afirmaban que era el hogar de una bruja, creada especialmente para darle rienda suelta a su maldad, mientras otros decían que solo se trataba de una vieja edificación que perteneció a un antiguo castillo derrumbado por el paso de los siglos y que la torre se mantuvo en pie.
Al convertirnos en viajeros de una loca expedición buscamos la fama detrás de lo que sería el boom en las redes sociales, pasaríamos un fin de semana en la Torre Blanca de la Montaña Maldita, esa a la que miles de personas temían por asegurar que quien iba ahí jamás regresaba. Anthony y su Hermano Alan, si querías drogas, una buena bebida o ligar a alguien para una noche de sexo ellos eran los indicados para conseguir un poco de eso. Cristina y su novio Larry, los eternos enamorados toda su vida habían estado juntos y al graduarse pretendían casarse, Rachell la Porrista sexy y Madison la Nerd del grupo, todos eran bastante disparejos por donde se viera, pero algo era cierto, tenían una cosa en común, los unía el dinero y la posición de sus padres, niños ricos y mimados que crecieron en el mismo ambiente y por más raro que fuese existía el vínculo de amistad entre todos, incluso yo, la nueva la recién llegada, logre rápidamente ser parte del grupo, al igual que cada uno de ellos compartía su estatus y en poco tiempo fui una más de la familia. 
Al partir rumbo a la montaña teníamos de nuestro lado la atención que tanto queríamos. Aunque al principio fue mi plan después de varias semanas de planearlo y convencer a los demás, terminaron por aceptarlo y lo adoptaron como suyo, convirtiéndose en un deseo de todos. Por varios días difundimos la información debida, en la universidad nos veían como héroes por llevar a cabo semejante acto, hasta creamos cuentas con perfiles en las redes sociales especialmente para informar a la gente sobre nuestra hazaña, al final recibimos más apoyo del que imaginamos, el lunes al regresar compartiríamos con el mundo nuestra aventura y seria el inicio de una nueva atracción, con el dinero de nuestro lado podríamos ir a cualquier lugar y convertirnos en una especie de exploradores de esos sitios a los que nadie más se atreve a ir.
Durante el trayecto a la montaña las fotos y vídeos no paraban compartiendo en directo con los seguidores, recibíamos todo tipo de comentario, desde quienes nos felicitaban y animaban a continuar hasta los que rezaban por nuestra salvación y nos advertían que aun estábamos a tiempo de abandonar esa locura, pero a esas alturas ya estábamos acostumbrados a todo eso y nada nos detendría. Cuando estuvimos al pie de la montaña los 7 aventureros quedamos completamente solos, perdimos toda señal telefónica y no hubo más contacto con el resto del mundo, fue momento de comenzar la travesía, fuimos subiendo hasta la cima por alrededor de 3 horas, algo que sin dudas nos sorprendió, jamás pensamos que lo lograríamos tan rápido, teniendo en cuenta lo alto de la montaña y el difícil camino para ascender parecía casi imposible subirla en tan poco tiempo, al parecer la suerte estaba de nuestro lado, aunque cualquier escéptico diría que la montaña estaba ansiosa de que nos adentráramos en ella, al llegar a la cima estaba frente a nosotros una vista estupenda, se podía observar el extenso bosque que rodeaba la montaña, sin embargo lo que capto nuestra mayor atención fue la increíble Torre Blanca que se encontraba a solo unos cuantos metros de nosotros, era inmensa y debía ser aún más gigante por dentro.
La primera noche todo fue tranquilo, no sabíamos si había sido resultado del ajetreado viaje pero tan pronto entramos a la torre caímos rendidos en un sueño abrazante, ni siquiera pudimos echar un vistazo al resto de la torre, apenas si nos dio oportunidad para sacar las bolsas de dormir y hasta el otro día.
El peor error que cometimos no fue ir a la montaña, sino entrar a esa torre, jamás imaginamos que íbamos directo a una trampa para ratas donde nosotros éramos la presa. Lo malo fue que lo descubrimos muy tarde, Rachell desesperada formo un tremendo alboroto que despertó a todos y no era para menos, nuestras cosas habían desaparecido sin que nadie lo notara, lo más inquietante es que ni las bolsas de dormir estaban, no sabíamos cómo sucedió se suponía que cada uno dormía dentro de una bolsa, solo Cristina y Larry compartían una para ambos, trate de que no perdiéramos la calma, pero fue inútil; como rayos le explicas a alguien que mientras duermes dentro de un saco de camping seas sacado de allí y despiertes en medio del suelo, mientras todo tu equipaje también desaparece sin dejar rastro. Pero lo más inexplicable fue cuando observamos que el sol ya casi se ocultaba, significaba entonces que dormimos desde la tarde anterior hasta ese momento.
En ese instante supimos que teníamos que salir inmediatamente de la torre, sin agua y sin comida no podríamos estar en la montaña. Sin embargo cuando intentamos correr ella nos detuvo, fue la primera vez que oí su risa, los huesos me temblaron como si se congelaran al instante, por mucho tiempo mire películas de terror que asustaban hasta al más valiente pero apuesto que ninguna lograría hacer sentir a nadie el miedo tan terrible que a todos nos invadió en ese momento,  escuche como su vos me llamaba varias veces diciendo mi nombre, “Payton, Payton”. y así siguió con cada uno, hasta que pronuncio todos nuestros nombres y su risa macabra volvió a inundar el lugar, Madison empezó a vomitar, mientras Rachell lloraba llena de pánico y Cristina se tapaba fuertemente sus oídos como queriendo arrancarse los tímpanos para no seguir escuchando esa burla siniestra que nos hizo entender que estábamos atrapados sin poder salir.
Larry abrazaba fuertemente a Cristina intentando que sintiera su protección pero como podía transmitirle seguridad cuando él mismo estaba muriéndose de pavor. Al mirar a la puerta de la torre la vimos frente a nosotros, una mujer que tapaba su cara con un velo, llevaba puesto un largo vestido. Alan el menor de todos en un arranque de valentía tomo un trozo de leña que yacía en el suelo y corrió hacia ella intentando golpearla para que pudiéramos salir, lo  que nunca esperamos fue verla desvanecerse como un fantasma dejándonos más que nunca boquiabiertos del susto, sin darnos tiempo a reaccionar porque casi de inmediato apareció de nuevo delante de Alan sujetando una hacha en sus manos con la cual le corto la cabeza de un solo golpe.
La cabeza decapitada de Alan cayó al suelo y se convirtió en el alimento de su mascota, una hiena tuerta que salió debajo de su vestido como si del sombrero de un mago se tratara, el despreciable animal masticaba con glotonería los restos de Alan, ante la mirada aterrorizada de todos, comprendimos que el infierno no se hallaba en el fondo de la tierra sino que ya nos encontrábamos allí.
La mujer trono sus dedos y aquello fue como un botón que encendió varias antorchas en la pared, en ese momento Anthony reacciono cayendo en cuenta del destino fatídico de su hermano, el miedo lo cambio por cólera, una ira total lo invadió, pude apreciar como sus ojos azules eran pintados por la llama del odio, nos pidió a todos que corriéramos hacia la escalera del fondo, al tiempo en que él se dirigió a donde estaba la verdugo de su hermano, desarmado quiso golpearla pero una fuerza invisible pareció detenerlo, observo como la misma hacha que le quito la vida a Alan se acercaba a él, sin poder hacer nada y terminando por incrustarse en su frente haciéndole una brecha enorme en la cabeza que lo mato. Yo no perdí detalle alguno de su muerte ni siquiera notaba que los demás intentaban alejarse, solo sentí la mano de Larry que me halaba a ellos.
Por más que corrimos, subimos la escalera y abrimos algunas puertas, el resultado era el mismo, ella siempre aparecía en cada habitación burlándose de nosotros. Desesperados intentamos bajar de nuevo pero 3 hienas salieron de uno de los cuartos y nos rodearon, la misma hiena tuerta que se comía a Alan, ataco a Madison mordiendo su pierna y haciéndola sucumbir en el suelo para luego lanzarse encima de ella y clavarle sus dientes en el cuello rompiéndole la garganta entre salpicaduras de sangre, mientras Rachell lloraba sin control viendo que no podíamos evitarlo al encontrarnos inmóviles y acorralados por las otras dos hienas que nos amenazaban desafiantes esperando el momento para atacarnos.
Nunca olvidare su sacrificio su mirada nos dijo lo que haría no hicieron falta palabras, tan solo aguardaban un movimiento nuestro para atacar y Rachell hizo precisamente eso corrió hasta donde la otra hiena se alimentaba de Madison y las dos que nos asechaban se olvidaron de nosotros y corrieron tras ella, encerrándola en un circo y  se abalanzaron sobre Rachell devorándola sin piedad desmembrando su cuerpo. Larry busco la manera de hacer valer su temple de acero sabiendo que Cristina y yo éramos presas del pánico, nos sujetó a ambas, indicándonos que nos refugiaríamos en el mismo cuarto de donde las hienas habían salido, tranco la puerta y nos quedamos escondidos dentro. Parecía una buena decisión sin embargo cuando los tres dimos unos cuantos pasos, el piso pareció moverse y comenzó a derrumbarse cayendo todos al vacío.
Sus gritos me despertaron de inmediato, el martillo rechinaba golpeando los clavos que se hundían en lo profundo de su cuerpo, mientras el llanto de su amada denotaba la angustia y el dolor al apreciar el sufrimiento agónico que padecía el amor de su vida.
Larry reposaba tirado sobre una estructura que servía a la diabólica mujer como apoyo para enterrar en la piel del moribundo Larry unos grandes clavos, primero fueron sus manos, después sus pies y pecho y finalmente aparto de su frente los flequillos que acostumbraba a usar y le deposito un clavo en su cabeza que lo mato. Cristina permanecía parada y encadenada a una pared mientras yo amarrada a una silla veía el cruel final de Larry entre los gritos despavoridos de su novia.

La despiadada mujer tomo un gran cuchillo y camino hacia mí, entonces supe que mi momento llegaba, tan solo le grite a Cristina que fuera valiente que todo terminaría pronto y le pedí a esa maldita que se levantara su velo y nos dejara ver el rostro de nuestra verdugo, sin dudarlo hizo caso a mi exigencia, se levanto el velo que cubría su cara, su belleza era evidente, tenía unos labios carnosos y ojos claros que se unían a su perfilada y pequeña nariz acompañada de una linda cabellera lacia de color castaño, era Hermosa. Por primera vez en mucho rato Cristina dejo de llorar, sus ojos se llenaron de sorpresa pura, ¡Sí! Aquella mujer era idéntica a mí, yo la miraba fijamente cuando sujeto el cuchillo en el aire con las dos manos lanzándolo contra mí, cortando mis amarras, agradecí a mi preciosa hermana Taylor por el fantástico show ofrecido, algunas veces ella solía ser el señuelo, en esa ocasión fue mi turno, mis queridos amigos habían sido los elegidos para saciar nuestros deseos sangrientos, siendo el tributo perfecto para esos Dioses oscuros que nos conceden todo el poder de la magia negra. Le di un dulce beso en los labios y me entrego su cuchillo, camine hasta Cristina quien no dudo en maldecirme y desearnos a ambas que nos pudriéramos en el infierno, sus insultos no cesaron hasta que mi cuchillo le degolló el cuello. Tan traviesas como siempre, buscando la manera de atraer visitantes a nuestra amada Torre Blanca.