Muchas
veces creía, que la muerte quizás sería hasta más dulce que la amarga tortura
de vivir preso de sus sueños frustrados, una agonía que tenía que afrontar día
con día, librando una batalla contra la decadencia, en la que estaba en juego
su propia vida, Marcus Batista fue durante años un músico fracasado que no veía
una salida decente que lo alejara del suicidio, cada noche ahogaba entre copas
sus penas, cansado de ver como se cerraban las puertas a donde quiera iba, un
día decidió que aquello tendría que terminar, que la hora llegaba y nada lo
detendría, se dirigió hasta el edificio más alto de la zona y subió al último
piso sin dudarlo, en la azotea observó cuán pequeño se veía el mundo desde allí
arriba, respiro hondo y decidió lanzarse, sin embargo su voz lo detuvo.
–Yo Puedo concederte todo lo que has imaginado
–
Marcus
voltio enseguida y vio frente a él, la mujer más bonita que había mirado, con
esos ojos amarillos seductores y sus labios color chocolate que le daban un
aire de belleza y misterio tan encantador.
– ¿Quién Eres tú? – Pregunto Marcus –, con la
vista fija en sus hipnóticos ojos amarillos.
–Sólo con un beso serás mío para siempre, tú
alma me pertenecerá y a cambio tendrás todo lo que soñaste, tú simple y
miserable vida se convertirá en una maravillosa historia de éxitos, fama y
fortuna – esas fueron sus palabras.
Ese
demonio con forma de mujer, aguardaba con ansias la respuesta de un Marcus que
tras escuchar lo dicho por ella, fue a sus brazos sin remedio buscando alcanzar
esos labios divinos que lo invitaban al pecado, sin saber que probar su boca,
era el beso de Judas que condenaba su existencia, tal vez ahora podría alcanzar
sus metas y las recompensas materiales que anhelaba, pero a un alto precio que
tarde o temprano debería pagar.
Dormía
tan plácidamente que ni unas cuantas caricias lo sacaban del letargo en que se
hallaba, Marcus despertó creyéndose en un sueño más grande, no podía creer lo
que miraba, junto a él una hermosa rubia lo abrazaba con ternura y a su
izquierda otra fémina despampanante le acariciaba el cabello, se encontraba
rodeado de 2 bellas mujeres en un cuarto de hotel digno de un rey, un par de
mesoneros tocaban a la puerta, trayendo consigo el suculento desayuno, típico
de un músico de su talla.
Marcus
Batista se volvió una súper estrella de fama internacional, alcanzando la
cúspide del cielo, en diez años repletos de logros y más logros, pero lo
irónico de su fantástica realidad es que Marcus no recordaba nada de su nueva
vida, es como si aquel tiempo vivido se fue en un segundo sin dejarle disfrutar
ningún momento.
La
fama de Marcus rebasaba cualquier límite, su riqueza era incalculable, sin
embargo la mágica vida de ensueño, realmente era un fraude que tenía fecha de
vencimiento y su época de felicidad cambiaría a un infierno en la tierra.
Cada
mañana cuando despertaba un ruido como agujas de reloj atormentaba sus oídos, un
zumbido en la cabeza le decía que en cuestión de días su trato vencería. La
siguiente semana paso agonizando entre pensamientos y alucinaciones, en las
calles los animales parecían compartir la misma mirada, unos ojos amarillos que
a donde fuera le seguían. La mujer de ojos amarillos aparecía en su mente a
cada segundo, su vos retumbaba como un eco incesante que no paraba de repetirle
que pronto vendría a reclamar, lo que por derecho era suyo.
Todo
estaba listo para la primera noche de concierto que daría inicio a una gira
musical por todo el mundo, la multitud emocionada gritaba el nombre de su
artista predilecto quien promocionaba el décimo disco en 10 años, Marcus salía
a escena tratando de olvidarse de la mujer de ojos amarillos, cuando la banda
empezó a tocar la música invadió los Sentidos del cantante que sólo pensaba en
dejar salir su voz y llenar el ambiente con sus canciones, sin embargo su voz
se quedó estancada como aprisionada en una caja metálica con cadenas que no la
dejaban fluir por su garganta, todo a su alrededor empezó a dar vueltas, la música
cambio por gritos que rechinaban como susurros de lamento y mientras observaba
entre el público, los ojos de sus miles de asistentes comenzaron a brillar con
un color amarillo que desatacaba por encima de las luces del escenario,
desesperado Marcus bajo de la tarima en total descontrol alejándose de allí sin
que nadie pudiera detenerlo, ante la vista incrédula de sus fans que no
entendían que sucedía con su ídolo.
La
maratónica carrera que emprendió lo condujo muy lejos, yendo a parar sin darse
cuenta al viejo barrio donde por tanto años vivió sumergido en la triste
pobreza, pero ni eso valió para escapar de sus garras, la mujer de ojos
amarillos aparecía en cualquier lado, aunque Marcus huía como loco queriendo
librarse de esa maldita cosa. Los latidos de su corazón resonaban fuerte
haciendo eco en el silencio, compaginándose
con sus pasos agitados que se abrían camino entre un aire helado que
paralizaba a cualquiera, hacia una pausa obligada observando si al fin la
dejaba atrás, solo para descubrir con espanto que ella le seguía la pista a
cada segundo, no tenía idea que pasaría con él, pero estaba casi seguro que le
esperaba un final doloroso por vender su alma.
Unos perros ladraban y otros aullaban, los gatos arañaban las paredes y las palomas
aleteaban perdidas en la oscuridad de la noche, Marcus no sabía qué hacer,
viendo la sombra de su perseguidora acercarse entre los faroles de la calle que
de repente explotaban uno por uno a medida que la mujer circulaba por allí, su
sexy y dulce vos repetía el nombre de Marcus, alternándose de vez en cuando con
un tono de ultra tumba que le erizaba la piel. Sin escapatoria alguna, termino
justo donde todo inicio, en el edificio en el cual la vio por primera vez, Marcus
camino por la cornisa, retando su equilibrio, sin importarle caer al vacío,
ella apareció de inmediato, reclamando solo un beso más para poder absolver su
alma y dejar su cuerpo sin vida, su legado musical prevalecería en el tiempo
mientras su espíritu se consumía en las llamas eternas del infierno, pero Marcus
no estaba dispuesto a complacerla, la mujer de ojos amarillos con un grito
lleno de ira y de rabia le ordeno bajarse, sin embargo Marcus tenía esta vez
suficiente alcohol en sus venas para hacer lo que su corazón le dictaba y no
dejarse atrapar por aquella hipnótica mirada, se encomendó a Dios y con una sonrisa irónica
se dejó caer, ante los infernales alaridos de protesta de un demonio de ojos
amarillos que perdía una jugosa alma.
A
las 6:00 am el cuerpo de Marcus Batista, un indigente de la calle fue
descubierto por vecinos del lugar. Mientras ese demonio sigue por ahí, oculto
entre las sombras, con sus ojos amarillos al asecho, en busca de nuevas almas que
comprar.
¡Hola! Espero que disfruten este Relato. OJOS AMARILLOS. Es el abre bocas de una historia mucho mas grande que se esta cocinando a fuego lento y con la cual espero sorprender en un futuro a mis lectores,
ResponderEliminarSALUDOS...